España ha sufrido desde el inicio de la crisis económica una
espectacular fuga de capitales que se ha agudizado en lo que llevamos de
2012 como consecuencia de la incertidumbre sobre su capacidad para
enderezar las cuentas públicas y la posibilidad de que necesite un
rescate de la Unión Europea. El Fondo Monetario Internacional advirtió
el pasado miércoles de que se está produciendo una salida de fondos "a
gran escala".
Entre junio de 2011 y el mismo mes de 2012 la cifra
alcanza los 296.000 millones de dólares, lo que representa el 27 % del
Producto Interior Bruto del país. Solo Italia, cuya economía también
vigilan de cerca la troika que componen el FMI, la Unión Europa y el
Banco Central Europeo, presenta un volumen similar de salida de
capitales, aunque en su caso el porcentaje sobre el PIB es inferior, del
15 %.
Según la institución que dirige Christine Lagarde, los
inversores extranjeros "están retirándose de la periferia europea", lo
que explica en gran medida los flujos, pero en el caso español la fuga
está afectando también a otro tipo de inversores ("la base es más
amplia") y a bonos corporativos de los grandes grupos empresariales, que
se ven afectados de forma indirecta por la rebaja de las calificaciones
crediticias a la deuda soberana española.
Pero, ¿dónde va el dinero
que sale de España? Según el catedrático de Economía Aplicada de la
Universidad de Sevilla, Juan Torres López, Alemania es la gran
beneficiada de estos flujos de capitales. El país que dirige Angela
Merkel se ha convertido en un gran receptor del capital que abandona
España y otros países del sur de Europa. Pese a los bajos tipos de
interés de su deuda soberana, la incertidumbre financiera de la Eurozona
ha convertido al país germano en refugio de los inversores, a costa de
vaciar de capital las economías más necesitadas.
Para ello toma como
referencia el Target2, una plataforma que viene a centralizar en dinero
de los bancos centrales las operaciones que se llevan a cabo entre los
diferentes países. La gráfica que se incluye en esta misma página
refleja cómo la entrada de capital en Alemania se ha disparado al tiempo
que se desploman las salidas en países como España e Italia. El país
del norte de Europa ha recibido al menos 700.000 millones de euros desde
el estallido de la crisis financiera e inmobiliaria en 2007. Otras
economías que se han beneficiado de ese flujo de fondos, aunque en menor
medida, son Bélgica, Holanda o Finlandia.
"No creo que sea difícil
deducir que si esta tendencia no se cambiar España está irremisiblemente
condenada a la quiebra", afirma Torres López en un post de su web
personal. "Una situación, por cierto, que no se resuelve solo
"rescatando" a nuestra economía mediante un préstamo porque eso,
obviamente, agudizará la asimetría que refleja la imagen".
La elevada
fuga de capitales en España refleja que sus altos diferenciales en la
deuda soberana no compensan los temores de los inversores sobre la
economía española. El bono española a diez años alcanza cupones
superiores al 6 %, mientras Alemania ha llegado a colocar emisiones a
corto plazo con interés negativo. Esto quiere decir que la actual
situación de desequilibrios y turbulencias en la Eurozona les está
permitiendo financiarse sin apenas coste, lo que contrasta con la
hipoteca futura que la actual crisis va a dejar en las cuentas públicas
españolas en forma de abono de intereses.
El problema es que España
no puede por sí misma frenar la escalada de fuga de capitales, según
explicaba esta semana el consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon.
"Ni Italia ni España tienen los medios para detener la fuga de
capitales", dijo. Este ejecutivo sostiene que es necesario articular un
mecanismo cortafuegos para evitar que la quiebra de Grecia. A su juicio
esta circunstancia dispararía aún más la fuga masiva de capitales en
España e Italia, sin que estos cuenten con mecanismo para evitar que
esto ocurra.
José Viñals, consejero financiero del Fondo Monetario
Internacional, ha señalado también que el programa de trasferencias
directas del BCE debería ser contemplado como "algo real" y no "virtual"
y que cada gobierno debe contemplar si recurre al mecanismo. Viñals
cree necesario poner sobre la mesa elementos de riesgo compartido para
"restaurar la confianza".
Fuente: http://www.levante-emv.com/economia/2012/10/13/capital-fuga-alemania/943633.html
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